Elecciones en Perú : Entre la espada y la pared

Por: Elizabeth Ostos

Peru ElectionsCuando faltan pocas horas para que los peruanos definan quién será su presidente, los candidatos en disputa, Keiko Fujimori y Ollanta Humala, cerraron sus campañas electorales, las más rudas y disputadas que se recuerden en la nación inca.

Humala hizo un llamado a sus compatriotas a “no temerle a los cambios”, en clara alusión a su proyecto de raíces nacionalistas y etnocentristas, matizado en esta ocasión, con elementos de la socialdemocracia practicada por el ex presidente brasileño Lula Da Silva.

Por su parte, Keiko Fujimori reiteró su voluntad de continuar las políticas económicas de los últimos años, esas que han convertido al Perú en la estrella de las naciones emergentes y en una nación receptora de inversión extranjera a raudales.

Si damos por cierto lo que dicen las encuestas de opinión, Keiko y Humala son los políticos que mayor rechazo generaron entre los electores peruanos en el último año y medio. Sin embargo, uno de ellos será presidente.

Esta singular circunstancia es producto del sistema electoral peruano, que contempla dos vueltas de votaciones. En el sector de centro, derecha e izquierda moderada hubo, por lo menos, cinco candidatos: desde tecnócratas como Pedro Pablo Kuczynski, y ex presidente Alejandro Toledo, el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda, además de la Fujimori, quien se favoreció de esta división.

Humala tiene sobre sus espaldas su pasado de militar golpista e indultado por la democracia, al igual que su mentor en las elecciones de 2006, Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Y aún cuando él jura que rectificó y su visión de país y de gobierno se enfoca más hacia la izquierda moderada liderada por el ex presidente de Brasil, Lula Da Silva, muchos electores no le creen.

En su campaña, Fujimori prometió no indultar a su padre, condenado a 25 años de prisión por delitos de corrupción y de violación a los derechos humanos. Asegura que no repetirá los errores del pasado y que su gestión continuará las políticas económicas de los sucesores de su padre, Alejandro Toledo y Alan García, las cuales garantizaron un crecimiento económico espectacular.

Pese a este discurso conciliador y de rectificación, al parecer, muchos peruanos no confían en Keiko. Muchos votarán por el “menos malo” o sufragarán en blanco o se acogerán a la opción de viciar o anular el papel comicial. Hasta esta semana, esta tendencia y la de los indecisos superaban el 10% del padrón electoral en Perú.

Precisamente este grupo es que definirá al nuevo presidente de la nación suramericana aunque las últimas encuestas señalaban que Fujimori podría ganar las elecciones por estrecho margen.

En una reciente visita a Lima, pude pulsar el clima de opinión no sólo en cuanto al proceso electoral sino en relación con el futuro del Perú. Incertidumbre y desasosiego fueron las constantes entre la gente y entre empresarios privados, ávidos de invertir en esa nación pero temerosos de las políticas públicas que eventualmente puedan activar cualquiera de los dos candidatos que resulte ganador.

El factor Chávez

PERÚ-ELECCIONESLos principales medios de comunicación mencionan constantemente la posible ingerencia del venezolano en la campaña del ex militar Humala, quien, al igual que Chávez, participó en un intento de golpe de estado, fue encarcelado y luego indultado para luego integrarse a la lucha política en pos de la presidencia.

En su segundo intento de llegar a liderar la nación sudamericana, Humala ha moderado notablemente su discurso y dejó de ser el militar adusto y ultranacionalista del año 2006 para convertirse en un civil risueño y conciliador, por lo menos ante las cámaras de televisión. Su rostro, sonriente, aparece en enormes vallas publicitarias diseminadas por las calles de Lima. Sus promesas electorales abundan en los medios radioeléctricos y según datos de los organismos de regulación electoral del Perú, es el candidato que más ha invertido en spots publicitarios en los medios impresos y audiovusuales.

Aún cuando promete que su campaña se ha financiado del propio pueblo y de empresarios progresistas, en los últimos meses ha surgido toda suerte de especulaciones sobre el origen de los cientos de miles de dólares que sustentan su costosa incursión en medios de comunicación social. Sus oponentes dentro y fuera del Perú garantizan que buena parte de lo fondos provienen de Venezuela y de Chávez, quien no ha ocultado sus simpatías personales por Humala.

El ex militar asegura que no cambiará la Constitución de su país y que el modelo del socialismo del siglo XXI no se puede adaptar al Perú, aún cuando su “hoja de ruta”, su programa de Gobierno señala que habrá “un profundo cambio institucional y constitucional, de la mano con el pueblo”.

Además, basó su campaña en los departamentos (estados) más pobres de su país: Puno, Huancavelica, Junín, Ayacucho, Chiclayo y Trujillo. Repartió recipientes llenos de gas natural en los barrios pobres de Lima y dijo que bajo su Gobierno el costo del galón de gasolina (3,73 litros) bajará de los actuales siete dólares a la mitad. Que el salario mínimo se duplicará y que los fondos de pensiones pasarán a manos del Estado, con la intención de hacer justicia social y brindar una jubilación digna a los más pobres.

Keiko pidió una oportunidad para que las generaciones emergentes gobiernen su país y aseguró que los errores de su padre no pueden endosársele. Aseguró que aunque lleva consigo la pesada carga de ser la hija de un presidente encarcelado, su opción es la que garantizará el respeto a la democracia, a la economía social de mercado y a la justicia social, la principal deuda de la clase política peruana para con los más pobres. “Los errores del pasado no se repetirán”, ha dicho Fujimori, de 35 años de edad.

Se molesta cuando le sugieren que su padre gobernará desde la cárcel. Dijo que “las decisiones de la campaña y de mi futuro Gobierno las tomé y las tomaré yo. El Perú debe seguir creciendo económicamente con responsabilidad y seriedad”, dijo la candidata en su mitin de cierre de campaña el jueves en la noche.

Insistió una y otra vez en la estrecha relación entre Humala y Chávez, al tiempo que pidió a los peruanos “darle la espalda al comunismo que representa el Comandante Humala”.

Sin duda, el peso e influencia de Chávez en las elecciones peruanas se siente ahora más que nunca.

En este pulseo de fuerzas, los peruanos decidirán si el modelo político y económico liberal representado por Keiko no se desvía hacia el autoritarismo de derecha impulsado por su padre en la década de los 90 o si el Humala moderado no es más que un acólito de Hugo Chávez, disfrazado de demócrata. El pueblo peruano decidirá el próximo domingo.

Fotos: Cortesía Rafael Rangel.

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Periodista y editora de medios hispanos en EE.UU. desde 1996. Ganadora de varios premios Oro de la NAHP por sus reportajes de negocios y educación. Puede escribirle a adriana@lafamiliadebroward.com

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