Columna de Elizabeth Guia: ¿Seguro que está Fine?

Por Elizabeth Guia Magallanes

FINEEstás en el estacionamiento de un centro comercial y pasas frente a una sección reservada para vehículos de emergencia. Hay un letrero alertando a los conductores. En la parte superior se lee: “Parking prohibited. Violators will be towed” y en la parte inferior, la traducción: “Parqueo prohibido. Violadores serán revolcados.”

Sonríes burlonamente pensando que esa traducción que tan flagrantemente alguien puso ahí significa para el común de los hispanoparlantes, que a los violadores sexuales (rapists en inglés) les darán revolcones. Sabes que la traducción tendría que haber dicho algo así como, “los autos de transgresores serán remolcados” (remolcados, no revolcados y los autos, no las personas). Pero también sabes que no es grave, que quien lo lea comprenderá el mensaje pues, después de todo, vivimos en el sur de la Florida.

Estás en la fila de Publix. Delante de ti, un comprador habla con la persona en la caja registradora. Sin pretenderlo, prestas atención. Hablan en español. El acento del empleado de Publix es cubano. O dominicano. O de otro lugar de Latinoamérica. Da igual. Ya sabes que a la llegada de tu turno, hablarán en español. Quizás esas dos personas estén hablando en inglés pero el empleado de Publix tiene un acento que parece latino. Igualmente, al llegar tu turno, sin dudar lo saludas en español. Te contesta en inglés. No importa. Tú cambias a inglés a sabiendas de que en cualquier momento regresarán al español y al inglés y al español. Es cuestión de vocabulario. Hay ciertas palabras que fluyen mejor en español, como arroz con pollo, y otras en inglés, como snack. Y hay palabras que se conocen solamente en uno de los dos idiomas, como empanada y muffin. Es decir, no tenemos una traducción para todo. No nos hemos tomado el tiempo de descubrirlas porque el cambio de uno a otro idioma es más fácil. Y así, por esa comodidad lingüística, mezclamos los idiomas y reconocemos expresiones que pretenden pasar por traducciones legítimas.

Recién llegados de nuestros respectivos países, palabras como liqueo (del inglés leak) y expresiones como Te llamo pa’tras (traducción literal de I’ll call you back) nos pueden haber irritado los oídos; pero con el pasar del tiempo, las aceptamos como normales porque comprendemos que intentar cambiar a los millones de latinos que llegaron a este país antes que nosotros, es una tarea inútil. Resulta más práctico seguirle la corriente a la gente y hablar en esta mezcla de idiomas que se conoce como spanglish.

A stack of books on a white background.Yo me pregunto si así habrán comenzado algunos dialectos convertidos en lengua de un grupo numéricamente grande pero universalmente minúsculo de personas que prefirieron la comodidad de improvisar y mezclar palabras y expresiones de otros idiomas, pasando por alto lo que se considera correcto o apropiado en el propio. O quizás lo que llamamos hoy “correctamente”, mañana sea una cosa del pasado con los continuos cambios con los que naturalmente se transforman las lenguas, incluyendo la incorporación a un idioma de vocablos del otro. Por ejemplo, ya la Real Academia Española aceptó el verbo “tuitear”, formalizando lo que los “tuiteros” venían haciendo prácticamente desde la creación de esa red social. También ha aceptado, entre otros términos, baipás, hacker, dron, intranet, bloguero y Wifi.

De igual forma, la lista de palabras del idioma español que han sido incorporadas al inglés se alarga cada vez más: hola y adiós, mucho y nada, solo, amigo, barrio, patio, fiesta, paella, salsa, número uno, mosquito, banana, papaya, pronto, político, quesadilla, sombrero, tortilla. Y pare usted de contar; éstas son sólo algunas de las muchas palabras que se han hecho parte del inglés.

Las diferencias entre los Estados Unidos y los países de América Latina son muchas e importantes, pero quién sabe, tal vez este mimetismo lingüístico del que el Sur de la Florida es ejemplo contribuya a que nos comprendamos y unamos cada vez más. O quizás terminemos siendo simplemente unos mal hablados. Sólo el tiempo lo dirá.

 

* Puede escribirle a Elizabeth Guia Magallanes a: eguiam@live.com

About Elizabeth Guia Magallanes

Elizabeth Guia Magallanes
Es ingeniero y planificadora financiera de profesión y escritora de vocación. Ha publicado poesía, narrativa, artículos en revistas y periódicos, y colaborado como libretista en proyectos para la televisión hispana.

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