No tienen voz, muchas veces ni rostro para la sociedad, pero existen. Unas 39 millones de personas viven bajo los niveles de pobreza en Estados Unidos. De ellos, 16.7 millones son menores de edad, es decir, uno de cada cuatro son niños cuyos padres luchan por poner comida en sus mesas, de acuerdo a la organización Bread for the world (www.bread.org). Los latinos son los más afectados.
“En el debate sobre el presupuesto nacional debemos proteger a la gente que lucha para dar de comer a sus niños”, dijo en una teleconferencia con medios hispanos el reverendo David Beckmann, presidente de la citada entidad.
Basados en escrituras del evangelio como esta que cita a Jesucristo en Mateo25:45: “Les digo la verdad, cuando se negaron en ayudar al más insignificante de éstos, mis hermanos, se negaron a ayudarme a mí”, se creó la iniciativa “Círculo de Protección” (https://www.circleofprotection.us), formada por líderes cristianos de diferentes denominaciones.
En la conferencia estuvieron Andrea Cano, presidenta de la Oficina de Comunicaciones de United Church of Christ; el Obispo Jaime Soto, Presidente de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano, de la Diócesis Católica de Sacramento; el reverendo Samuel Rodríguez, Presidente de la Conferencia Nacional Hispana Cristiana y el reverendo David Beckmann, Presidente de Bread for the World.
Para la nueva coalición el documento de cómo se recorte el presupuesto es una cuestión moral. Curiosamente, el presidente del Congreso de los EE.UU., John Boehner dijo a líderes religiosos de Nashville en meses anteriores: “Tenemos la responsabilidad moral de abordar los problemas que nos afectan. Eso significa trabajar juntos en recortar el gasto y controlar el gobierno, no cerrarlo”.
Las propuestas de reducir o cortar millones de dólares en programas de asistencia social como el WIC, que da comida y asistencia a madres y niños en riesgo de malnutrición, SNAP o los llamados cupones de comida para pobres, Medicaid, asistencia para ancianos, entre otros servicios sociales, han provocado la reacción de grupos de derechos civiles y en este caso, líderes de la fe.
“Como cristianos estamos uniendo nuestras voces de manera firme para decir que eso no está bien”, dijo el obispo Jaime Soto.
Por su parte, Andrea Cano manifestó: “el rostro de la pobreza está cambiando, son personas que pagan impuestos y la gente está contribuyendo a las ganancias astronómicas de los ricos. Venimos para exigir una protección a los programa de ayuda a los pobres”.
El presidente de la Conferencia Nacional Hispana Cristiana, Samuel Rodríguez aseveró: “(Tenemos) que reducir el déficit con compasión y misericordia a aquellos que necesitan ayuda. Esto no es un asunto republicano y demócrata, es un asunto moral. Las decisiones que se tomarán tienen implicaciones de vida”. Los líderes afirmaron que, debido a su fe, es su deber hablar por lo que no tienen voz. “Estamos unidos con un compromiso con Cristo. El éxito de este país se encuentra en cómo se trata al más pobre, añadió.
Latinos serían los más afectados
De acuerdo a David Beckman, 1 de cada 3 de niños latinos viven en familias que no tienen para comer. “La recesión ha impactado a la población latina pues un 12% de este grupo es la tasa de desempleo. Si el congreso decide cortar programas para gente que sufre esta hambre, va a afectar a los latinos en particular”, afirmó.
En el caso de la ayuda extranjera que también amenaza a ser cortada, Beckman dijo: “existen programas pequeños que ayudan a gente pobre en otros países. Es menos de 1% pero si se corta estos programas tienen impacto significativo y un ejemplo son las ayudas a Guatemala”.
Cuando se le preguntó a Andrea Cano, presidenta de la Oficina de Comunicaciones de United Church of Christ, cuál sería el impacto en números de algunos programas, dijo que por ejemplo el WIC, un programa que ayuda a 9 millones de personas anualmente, va a perder 518 millones de dólares,
“Pero es casi nada de lo que estamos gastando en otros lados”, afirmó Cano.
Otro por medio del cual se ayuda con gastos de energía a 8 millones de familias, se recortaría en 1 millón de dólares, informó la portavoz.
“Hay una ironía en cuanto a cortar dinero del programa de cupones de comida, pues todo el país depende de la cosecha de trabajadores hispanos que son quienes hacen este trabajo”, expresó Cano.
Para mayor información y vincularse en la campaña vaya a www.circleofprotection.us