Aislamiento puede ser una palabra que intimida y atemoriza, especialmente cuando se convierte en una orden de la que puede depender no solo nuestra vida sino también la de los demás. No deberíamos esperar hasta que una calamidad nos mueva el piso para valorar lo que podríamos perder en instantes.
Aunque llegamos a este mundo terrenal solos y generalmente nos vamos solos sin llevar nada material, una de las cosas que más angustia el espíritu humano es la soledad porque somos seres sociales por naturaleza y nos cuesta no tener contacto físico con los otros. Contradictoriamente en un mundo cada vez más individualista, el aislamiento para muchos genera angustia y hasta pánico, cuando lo que necesitamos es que situaciones difíciles como las de ahora, nos confronten, sacudan, saquen lo mejor de nosotros y nos movilicen por el bienestar común para aplicar correctivos de prevención y mitigación que contribuyan a contener consecuencias más nefastas.
Somos afortunados porque esta calamidad que ahora nos obliga a un distanciamiento físico, la estamos viviendo en la era tecnológica y podemos ver y comunicarnos con nuestros seres queridos a pesar de la distancia. El aislamiento también es una posibilidad para encontrarse con uno mismo, con nuestros temores, nuestra fragilidad, las debilidades y fortalezas como seres humanos; es una opción para rebobinar y reflexionar sobre las lecciones aprendidas hasta ahora, sobre lo que se ha hecho y dejado de hacer. Hacer una pausa obligada para mirarse al espejo y reconocerse es tal vez uno de los más grandes temores de los seres humanos. Superar ese miedo y convertirlo en una nueva oportunidad para fortalecer el espíritu y sobrevivir, transformando los errores cometidos en aciertos.
La vida es una ruleta que gira en un ratico y depende de cada quien cómo asume la responsabilidad de sobrevivir en paz no sólo por su bienestar sino también pensando en el de los demás.
Omaira Martínez
Periodista colombiana. Especialista en Estudios Políticos y en Humanidades. Editora y coordinadora de publicaciones. Freelance como articulista y reportera.