Joe Carrillo: cómo opera el tráfico humano y cómo los padres pueden estar alerta

“Cualquiera puede caer en el tráfico humano”. Joe Carrillo

La historia del detective privado Joe Carrillo bien podría ser en sí misma el guión de una película. Nacido en Canadá, fue dejado en un orfanato y luego adoptado por una pareja de cubanos de La Habana.

Quién diría que este canadiense francés, más cubano que un cortadito, es hoy en día alguien que ayuda a recuperar menores desaparecidos por medio de la organización “Bringing them home” (Tráelos a casa).

“De alguna manera estoy haciendo lo que hicieron conmigo”, dice Carrillo durante la entrevista telefónica. El detective ayudó recientemente a una madre que escribió desde Alemania a esta revista en el Facebook, preocupada por su hija que estaba en Miami en casa de un amigo de la familia, pero que terminó acosando sexualmente y amenazando a la joven de 19 años (que ya se había escapado y estaba con otra familia). Joe Carrillo fue con su equipo y confrontó al sujeto en cuestión, quien dejó de hostigarla. El caso terminó con felicidad cuando la chica regresó a Alemania con su madre, quien agradeció a Carrillo y a este medio por la intervención.

Invitado frecuentemente a los medios, Joe Carrillo, quien es detective privado desde 1986, realiza esta labor de rescatar sin cobrar un centavo y de manera voluntaria, con mucho éxito en la recuperación de los desaparecidos.

“Yo hice cosas muy malas, y mis padres nunca me entendían”, dice quien fue adicto a las drogas y tiene 35 años de haberse recuperado. “Hay que sentarse y entenderlos (a los chicos) y tener en mente que ellos no piensan como nosotros, pero hay que darles atención. Los niños en drogas no son malos, son enfermos”, expresa Carrillo, quien dice haber recuperado unas mil personas desde que empezó en 1997.

La Familia de Broward: ¿Cómo empezó a involucrarse en este tipo de ayuda?

Joe Carrillo. Foto cortesía.

-Joe Carrillo: Hace unos 20 años trabajaba como guardaespaldas de un político. Era 1997 y apareció en un diario la recompensa de $5.000 para quien ayude a recuperar a una niña que desapareció el mismo día de su cumpleaños. Me demoré nueve días para encontrarla y me sentí tan bien con lo que había sucedido que poco a poco me fui involucrando. Luego en 2012 aparecí en AmericaTv por otro caso y empezaron a llamarme. Yo no quise el dinero de la recompensa la primera vez ni cobro en la actualidad. A principios de 2015 fundé “Bringing them home” con voluntarios, también detectives privados. Ahora tenemos el esquema bien organizado.

-LF: ¿Cuántas personas piensa que ha rescatado?

-JC: Nunca las he contado pero podría ser entre 800 y 1.000. Casi cada dos semanas nos llega un caso.

-LF: Sabemos que muchos de los casos de desaparecidos se deben al tráfico sexual, ¿cómo opera este oscuro negocio?

-JC: La sociedad miraba el negocio de la prostitución como un crimen sin víctimas, pensaban que eran “muchachas malas”. Pero hace cinco años, se despertaron.  De acuerdo a las noticias Miami es el área número tres de tráfico sexual en el país. Yo elegí buscar niños que se iban de la casa. Ellos tienen algo que es muy peligroso y eso es su teléfono celular. Anteriormente, si tu hijo se iba al cine, tal vez era el único chance que el malo tenía para hablar con tu hijo, pero ahora está en su cuarto todas las noches por medio del teléfono. Muchos se van con estas personas porque les prometen un trabajito o algo y no se lo llevan de inmediato sino que lo meten en el negocio despacito. Un niño que se escapa, cae en esto.

LF: ¿Qué le diría a los padres para que estén alertas?

-JC: Le diría a todos los padres, que antes de darles el teléfono, instalen aplicaciones para que puedan ver todos los días lo que están haciendo. Hoy en día los padres están ocupados. Yo hice cosas muy malas, mis padres nunca me entendían. Hay que sentarse y entenderlos y tener en mente que ellos no piensan como nosotros, pero hay que darles atención. Los niños en drogas no son malos, son enfermos. El éxito que tenemos no es encontrar el niño, sino lo que hacemos con ese niño cuando regresa a la casa. Hay que darles el tiempo, hoy con tanta cosa no le ponen atención al niño. De diez niños que recupero, nueve me peleo con los padres. Cuando ellos vienen (los padres) están muertos por dentro. Me tienen que decir todo lo que está pasando en la casa. Les digo que cuando regresen sus hijos les den solo amor. El niño lo que está buscando que lo entiendan y desgraciadamente (cuando no está en la casa, lo buscan en la calle).

El equipo

Parte del equipo de Joe Carrillo (derecha), Kayla Hatem y Suleiman Youseff. Foto cortesía.

Joe Carrillo trabaja con personas que pueden encubrirse en los lugares donde están traficando jóvenes como Keyla Hatem.  “Ella tiene solo 19 años pero se puede conectar con gente joven y les habla. Con ella hemos rescatado a seis muchachos”, cuenta Carrillo.

Para el detective la clave es empoderar a la gente joven. “Cualquiera puede caer en el tráfico humano”, explica. “Los traficantes utilizan muchos métodos”, añade, como darles compresión, ofreciéndoles trabajo.  “El tráfico está en todas partes” advierte el detective. “Ellos pueden estar en los baños de los parques, en los cines, en una tienda”, dice.

Después de contarnos varias historias impensables de rescates en Miami – Dade, al final, Joe Carrillo dice sobre esta misión que ha elegido voluntariamente: “No soy tan bueno, pero Dios me empuja a dar el 100%”.

 

 

 

 

 

NOTA: Si desea saber más sobre la organización “Bringing them home” vaya a: o si desea pedir ayuda por la desapareción de un niño o niña puede llamar al: 305-926-3110

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Periodista y editora de medios hispanos en EE.UU. desde 1996. Ganadora de varios premios Oro de la NAHP por sus reportajes de negocios y educación. Puede escribirle a adriana@lafamiliadebroward.com

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