La nueva profesión es ser Youtuber

Los niños ya no quieren ser médicos, profesores, veterinarios o científicos; eligen, como cuarta preferencia –por delante de futbolista, jugador de baloncesto o ingeniero–, dedicarse al mundo de la red: ser «youtuber». Así lo refleja la XIV encuesta de Adecco sobre «Qué quieres ser de mayor», publicada recientemente. Como ya sucedió en el anterior estudio, esta profesión vinculada a internet gana posiciones entre los más pequeños (cerca de 2.000 jóvenes de entre 4 y 16 años), hasta el punto de que El Rubius, el español con más suscriptores en Youtube, aparece en la lista como uno de los ídolos entre las preferencias infantiles.

¿Cómo debe reaccionar una familia cuando su hijo dice que quiere ser «youtuber»? Y, sobre todo, ¿qué tienen que saber los padres para no incumplir las normas establecidas en internet sobre los menores?.

«Seguro que es algo pasajero, como cuando dijo que con cuatro años quería ser astronauta». Con esta idea, Empantallados refleja la incertidumbre de un padre al que su hija le pregunta si puede ser «youtuber», una nueva profesión que está calando entre los adolescentes, quienes cada vez pasan más horas delante de pantallas y conectados a internet. Vídeo tras vídeo, así se alimenta un mundo que se mueve, en muchas ocasiones, por la publicidad.

 

Peligros reales

En un artículo publicado por la página web abc.es, Esther Martínez, profesora titular de Publicidad en la Universidad Rey Juan Carlos en España, dijo que los padres deben ser responsables de la educación de los niños «y de los riesgos a los que sus hijos se exponen en las redes sociales y en internet».

«Hay que tener en cuenta que, dando datos falsos como la edad, los adolescentes pueden tener acceso a todo», argumenta Alejandro Rivas, gestor de marketing experto en intermediar con «influencers» y marcas.

Este especialista afirma que la alarma social se genera por la falta de información de los padres. «Las familias no saben lo que hacen sus hijos en internet y pueden surgir problemas como el ciberbullying o el acceso a contenidos no aptos para su edad. Por ejemplo, muchos niños están enganchados a Musical.ly, una aplicación que parece divertida porque bailan coreografías, pero hay que plantearse si es normal ver a una niña de diez años bailando y cantando reguetón», insiste.

El sueldo de los niños Youtuber

El «sueldo» de estos niños no tiene unos parámetros establecidos, por lo que no se puede afirmar si ganan más o menos dependiendo del vídeo o campaña que hagan. «Puede que haya algún pequeño que no cobre, porque sea un momento puntual, pero los más avanzados sí suelen tener sus precios dependiendo de lo que les exijan las marcas», asegura Alejandro Rivas.

Este experto comenta que la forma de cobrar suele basarse en dos o tres variantes. La primera de ellas es la cobertura que tenga o vaya a tener el vídeo, es decir, el impacto que se consiga con él en la sociedad y, por tanto, en el mercado.

La segunda tiene que ver con la afinidad, con lo profesional que la persona sea en el tema. «Por ejemplo, si se quiere hablar de piano, se contrata a una experta y esta cobrará más por cuestión de proximidad con el contenido del que se va a hablar», apunta.

La tercera, y última, es el tipo de contenido. «No tiene el mismo impacto un vídeo en Youtube que una fotografía en Instagram», insiste este gestor en marketing. Por tanto, Rivas afirma que «por un vídeo que llegue a mil personas aficionadas al piano se cobrará más que por una imagen que sea vista por medio millón de usuarios».

 

 

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