Por Silvia García °
Son quizá las seis letras más usadas en la vida moderna. El estrés es un enemigo silencioso que, si permanece durante mucho tiempo, puede causar estragos físicos y psicológicos. De hecho, alrededor de éste hay una industria muy próspera que busca combatirlo de diferentes maneras.
Pero más allá de aliviar los síntomas, hoy queremos dar un vistazo a las causas que lo generan y cómo, una vez identificadas, pueden ser resueltas desde su origen. En términos generales, y descartando situaciones adversas o calamidades, estas pueden ser las razones del estrés desde la parte externa:
- La desorganización.
- Cuando no se tiene objetivos y metas claras en la vida.
- Cuando la persona se involucra en actividades que no le gusta hacer.
- Esquemas pensamientos automáticos del pasado.
- Ponerse expectativas falsas.
- Las relaciones interpersonales.
Cuando la persona asume más responsabilidades de las que puede cumplir.
El no tener un propósito de vida que va de acuerdo con desarrollar los dones y habilidades de la persona.
Estas se asumen por compromiso en el área social o laboral.
Desde la parte interna:
Estos se conocen como prejuicios, es decir, basados en estos esquemas de pensamientos se reacciona de una manera errónea ante alguna circunstancia, que a su vez crea una situación estresante. Por ejemplo a veces puede sentirse atacado por las personas. Pero la realidad no es así, sino que se está basando en experiencias pasadas o imaginándose cosas más allá de lo que verdaderamente sucede.
Nuestro cuerpo tiene memoria y cuando llevamos una vida demasiado tensa, esto se queda asimilado en el ritmo del cuerpo. A veces tenemos la sensación de apuro, o de alerta, aunque no esté sucediendo nada realmente.
Esto sucede cuando tenemos una meta o proyecto, pero no lo hacemos sobre recursos completos y no se cumple, generando estrés.
Cuando no sabemos comunicarnos y sintonizarnos con los otros, viene la impaciencia y por supuesto, estrés. Algunas personas dicen que no los comprenden en los trabajos, o no hacen lo que ellos dicen, pero en realidad es mala comunicación porque la persona está enfocada solo en sí mismo, no empatiza con el entorno, no obtiene retroalimentación y esto produce un choque.
Consejos
Si usted ha identificado que alguna de estas causas le está causando estrés, es el primer y gran paso. Si su problema es la desorganización, empiece por planificar. El tener propósito o proyecto de vida es vital. Este objetivo de vida es como una bitácora o brújula que no dejará que se aparte de su camino. Esto es como tener un presupuesto, que si no lo tiene, desperdicia tiempo y recursos. Existe gente que se niega a hacer un proyecto de vida, porque no quieren ser rígidos, pero este propósito puede ser flexible, siempre y cuando sepa hacia dónde va.
Aprenda a sintonizarse con usted mismo y su entorno. Trate de tener en orden sus pensamientos, emociones y conductas, esto hará que usted esté alineado en todas estas áreas.
Si su estrés proviene de reaccionar negativamente frente a situaciones porque está tomando decisiones basándose en el pasado, establezca la causa y una vez descubierta, sabrá cómo cambiarla. Por último, si a pesar de todo, cree que no está pudiendo manejar su estrés, busque ayuda con una consejería profesional.
° Psicóloga clínica y capacitadora con 14 años de experiencia, fundadora del Centro de Consultoría Psicologia Integral en Ecuador. Puede escribirle a: silviagarcialopez@hotmail.com Consultas por Skype.
Me encantó este artículo. Muy práctico y sencillo. Me encantó lo de la organización, definitivamente lo tomaré en cuenta en mi vida personal
Así es, la desorganización es detonante del estrés. Cuánta razón!
HOLA A TODOSS
Hola Paola! Gracias por leer La Familia