La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, como lo ordena la ley, le ha presentado al Congreso el documento que contiene la agenda comercial del Presidente para 2017 y el informe anual sobre el programa de acuerdos comerciales.
Quien tenga interés en las relaciones comerciales estadounidenses debe leer las primeras siete páginas del informe, porque describen cómo el nuevo gobierno intenta cumplir la promesa de campaña de poner a “Estados Unidos de primero.” Este objetivo requiere la ejecución de una política comercial para defender la soberanía estadounidense, mediante el estricto cumplimiento de las leyes comerciales contra aquellas importaciones que puedan perjudicar actividades productivas domésticas y para asegurarse que la solución de diferencias, bajo la Organización Mundial de Comercio, no agregue obligaciones o restrinja derechos.
El otro componente de esta política comercial defensiva intenta utilizar todas las palancas posibles para asegurarse que los mercados estén verdaderamente abiertos a las exportaciones de bienes y servicios de Estados Unidos. Con este propósito, serán negociados nuevos y mejores acuerdos comerciales, con énfasis en instrumentos bilaterales en vez de multilaterales. La primera señal de este nuevo enfoque fue el retiro de Estados Unidos de la Asociación Trans-Pacífica.
La principal justificación para adoptar esta política proteccionista se debe a la percepción que Estados Unidos se encuentra en desventaja injusta en los mercados globales, como lo ilustra el persistente y creciente saldo negativo en el comercio de manufacturas.
*Isaac Cohen es analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.