Bélgica, entre división política y crisis deficitaria

Aunque las elecciones en Bélgica se realizaron el 13 de junio del 2010 hoy en día no existe un gobierno establecido, gracias a las profundas diferencias entre las regiones de Valonia (francófonos) y de Flandes (flamencos), que amenazan con la ruptura del Reino de Bélgica.

Una luz de esperanza iluminó esta semana el rostro de los políticos de los ocho partidos que buscan ponerse de acuerdo en una reforma al estado: el punto más crítico relacionado con la división del distrito de Bruselas (conocido como BHV) finalmente quedó resuelto. Éste “quedará dividido en seis municipalidades que tendrán privilegios como el uso del francés y la posibilidad de votar por listas electorales de Bruselas, mientras que las restantes 29 municipalidades quedarán exclusivamente bajo legislación flamenca”, tal como publicó el diario español elpais.com.

Elio Di Rupo, socialista encargado de las negociaciones por orden del rey Alberto II, aseguró que tras solucionar este complicado asunto, ahora espera que los partidos logren acuerdos en leyes de financiación de regiones transferencia de más competencias del Estado federal a las autoridades regionales.

Tan cerca pero tan lejos

A pesar de ser un país de casi 11 millones de habitantes (pequeño en comparación con vecinos como Alemania y Francia), Bélgica tiene diferencias históricas marcadas entre sus habitantes que no solo se limitan al idioma (la mitad del país hacia el norte es flamenca y la mitad hacia el sur es francófona) sino que pasan por la cultura y la política.

La región de Flandes tiene mayoría de habitantes, menor desempleo que la región de Valonia y un posee el 25% de los ingresos per cápita del país. Quizá por esta razón es que los propios habitantes presionan por tener su propio gobierno en cuanto a justicia, salud y seguridad social, lo que para los políticos francófonos se resume en el fin de la nación.

El punto del distrito BHV era el más delicado, pues geográficamente está ubicado en la zona flamenca, pero cuenta incluso con alcaldes francófonos, lo que es un disgusto para los flamencos.

Por otra parte, al tener el país un estado descentralizado con dos parlamentos federales, cuatro regionales, uno comunitario y sus respectivos gobiernos, cada región quiere obtener la mayoría política en el parlamento para definir las reformas que más convengan a sus propios intereses.

¿Viene una crisis belga?

A todo esto hay que agregar que el partido nacionalista Nueva Alianza Flamenca, que alcanzó el 30% de la votación, asegura que Bélgica como estado no funciona y que hay que reformarlo a la medida de los flamencos.

Aunque no es la primera vez que los partidos políticos de Bélgica atrasan su tarea de formar un gobierno (en 2008 hicieron falta 197 días para lograrlo) esta vez aspectos coyunturales como la crisis económica de la euro zona ha llevado a que organismos como la Comisión Europea exijan una solución negociada a esta crisis política, ante las reformas económicas que necesita emprender tanto para el país que tiene una deuda pública del 97% de su PIB, como para la zona común.

Muchos expertos consideran que luego de España e Italia, Bélgica es uno de los países más expuestos a necesitar un rescate financiero, precisamente por la debilidad de su gobierno.

Es por esto que el acuerdo alcanzado, así no signifique la creación de un gobierno de manera inmediata, hace que la situación considerada por muchos analistas como insostenible, tenga un camino sino con final feliz para todos, por lo menos con uno que no afectará más al país en cuanto a su economía y política con los demás países de la euro zona.

 

 

Fuentes: www.elpais.com/global/  y  www.lesoir.be

 

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