Ian: en medio de la pesadilla, el amor de la comunidad

El Chef Ramoncito repartiendo alimentos en Cape Coral.

Como si se hubiera despertado de un terrible sueño, Elizabeth, una cubana residente en Cape Coral se acercó a la esquina donde el Chef Ramoncito estaba junto a su equipo distribuyendo agua y comida. Sudada y agitada, cuenta cómo el huracán Ian entró a la una de la tarde.

Elizabeth, residente cubana de Cape Coral.

Fue muy difícil porque seguía y seguía y eran las tres, cuatro, cinco de la tarde y las cosas empezaron a colapsar, las cercas, los techos…a las once de la noche disminuyó un poco pero no pensamos que fuera a estar tanto tiempo”, recuerda. Ella perdió el alero, su cerca y parte de su techo. Como muchísimas personas, al no estar cerca de la zona de peligro, no evacuó. “Tampoco es que teníamos a dónde ir”, asevera.

Con una devastación que va a costar entre 30 y 60 mil millones de dólares, Ian se ubica entre los seis huracanes más dañinos en la historia de los Estados Unidos.

Fort Myers. Foto La Familia de Broward.

“Como les pasó en Miami o New Orleans, ahora les pasó a ellos y nos puede pasar a nosotros. Si no nos ayudamos, quién nos va a ayudar”, dice el conocido Chef Ramón Balega Fleites López, mejor conocido como el Chef Ramoncito. Este conocido personaje en la comunidad cubana, se dio a la tarea de ayudar desde el día uno, cuando a Cape Coral, que así como otras zonas afectadas colapsaron, aún no llegaban las brigadas de auxilio.

El Chef Ramoncito, su familia y vecinos que acudieron a ayudar a Cape Coral.

Dos mujeres contaron cómo lo habían perdido todo. Un par de inmigrantes que vinieron por la frontera desde Venezuela y Honduras se acercaron en sus bicicletas a recibir los alimentos y una “caldosa”, una sopa de puerco al estilo cubano que sacaba lágrimas a estas personas que por días no habían probado nada caliente.

Armado con su familia y vecinos, el Chef Ramoncito recopiló alimentos y agua y se dirigió a una esquina de Cape Coral, donde distribuyó desde el jueves 29 de septiembre y permaneció por dos semanas, donde hizo festivales. Fueron miles de comidas las que se repartieron. “Fueron las semanas más intensas y lindas de nuestras vidas”, dijo en un video en su cuenta de Instagram.

Kike Contreras su esposa Patricia Perez, Adriana Carrera y el Chef Ramoncito.

La Familia de Broward estuvo el viernes 30 junto a Kike Contreras y su familia, quien había visto en Facebook la iniciativa del chef y se ofreció a llevar pallets de agua. Preparado con generadores, Contreras ayudó a que los afectados puedan cargar sus celulares.

Este medio pudo ver cómo la comunidad apreció la colaboración que reunió el Chef, en un momento donde no existía. No había llegado la luz, ni el agua y no había gasolina. La devastación era aún mayor de lo que nadie pudo imaginar.

A las 11 de la mañana nos dijeron que comenzarían los vientos fuertes y que a las 2 pm pasaría el ojo del huracán”, recuerda Gerardo Mejía, residente peruano que había comprado su casa apenas el año pasado. “Llegó un momento que la puerta del garaje pareciera que un tren la empujaba”, narra.

La familia (su esposa y pequeño hijo) se metió en el closet de una habitación.

Primero pensamos meternos al baño, pero el agua del toilet, del lavamanos y de la ducha parecían que se iban a salir”, añade. “El ruido era atronador, mi hijo nos decía que tenía miedo”. A pesar de que a las 6pm las autoridades enviaron un texto de que se había calmado, el huracán no retrocedió sino hasta las 12 de la noche.

Cuando salimos al día siguiente mi esposa rompió en llanto, en ese rato uno no piensa en Fema, ni ayudas, sólo en lo que uno veía. Pero sin duda estábamos intactos y cómo siempre Dios una vez más nos mostró su amor y misericordia”, afirma.

 Felizmente Mejía tiene seguro de inundaciones, al contrario de muchos residentes.

Foto cortesía iglesia Ocean.

Poco a poco la ayuda se empezó a sentir. Personas desde otros estados llegaron con combustible, alimentos y enseres necesarios. Mientras las autoridades montaron operativos de rescate, el gobernador Ron De Santis, que había pedido declarar tempranamente estado de emergencia, con la presencia de la guardia nacional y la logística que enfrenta un desastre natural de grandes magnitudes como Ian.

Un ejército de 42.000 trabajadores eléctricos de FPL de dentro y fuera del estado restableció el servicio de los casi 2 millones de personas que se quedaron sin luz en esas dos semanas. Tomará una década recuperar las zonas devastadas, pero las vidas perdidas (más de cien) no.

Iglesia Ocean en Cape Coral. Foto Gerardo Mejía.

Sin embargo, en medio de la tragedia, siempre surge el amor y la humanidad.

Trailer Park en Cape Coral. Fotos La Familia de Broward.

 

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