La nación entera –y el mundo- entró en shock la tarde del 14 de diciembre ante los terribles acontecimientos ocurridos en la escuela primaria Sandy Hook Elementary School en Newton, Connecticut.
Los reportes de los medios que recogen partes de la policía indican que el joven Adam Lanza, de 20 años, actuó solo en la matanza de 20 niños y seis adultos. Noticias preliminares de diarios locales señalaron que la madre de Lanza trabajaba en la escuela como maestra de Kinder y su hijo la asesinó, así como a otra persona, en un crimen separado.
El Presidente Obama, quien estuvo visiblemente consternado, hizo las siguientes declaraciones al país:
“Esta tarde hablé con el Gobernador Malloy y el director del FBI Mueller. Le ofrecí Gobernador Malloy mis condolencias en nombre de la nación, y quedó claro que tendrá cada recurso que necesita para investigar este crimen atroz, la atención a las víctimas y consejería para las familias.
Hemos soportado demasiadas tragedias como estas en los últimos años. Y cada vez que me entero de las noticias, reacciono como presidente, sino como cualquiera lo haría – como padre. Y eso es especialmente cierto un día como hoy. Sé que no existe un padre en Estados Unidos que no sienta el mismo dolor abrumador que me embarga.
La mayoría de los fallecidos eran niños – hermosos niños pequeños entre las edades de 5 y 10 años. Tenían toda la vida por delante:- cumpleaños, graduaciones, bodas, niños propios. Entre los caídos había también profesores – hombres y mujeres que dedicaron sus vidas a ayudar a nuestros niños a cumplir sus sueños.
Así que nuestros corazones están rotos hoy – para los padres y abuelos, hermanas y hermanos de estos niños, y para las familias de los adultos que se perdieron. Nuestros corazones están rotos por los padres de los supervivientes y, por aquellos bendecidos que tienen en sus casas esta noche a sus hijos, saben que la inocencia de sus hijos ha sido arrancada de ellos demasiado pronto, y no hay palabras que alivien su dolor.
Como país, hemos pasado por esto muchas veces. Ya se trate de una escuela primaria en Newtown, o un centro comercial en Oregon, o un templo en Wisconsin, o una sala de cine en Aurora, o una esquina de la calle en Chicago – estos barrios son nuestros barrios, y estos niños son nuestros niños. Y vamos a tener que unirnos y tomar medidas significativas para evitar más tragedias como ésta, independientemente de la política.
Esta tarde, Michelle y yo haremos lo que sé todos los padres en los Estados Unidos van a hacer: abrazar a nuestros hijos un poco más estrechamente y vamos a decirles que los amamos, y vamos a recordar a los demás lo mucho que nos amamos los unos a otros. Sin embargo, hay familias en Connecticut que no pueden hacer eso esta noche. Y necesitan de todos nosotros en estos momentos. En los días difíciles por venir, que la comunidad nos necesita, debemos estar en nuestro mejor momento como estadounidenses. Y voy a hacer todo lo que esté en mi poder como Presidente para ayudar.
Porque si bien nada puede llenar el espacio de un niño perdido o ser querido, todos nosotros podemos extender una mano a quienes lo necesiten – para recordarles que estamos allí para ellos, que estamos orando por ellos, para que el amor que sentía por aquellos que perdieron, perdura no sólo en sus recuerdos, pero también en nosotros.
Que Dios bendiga la memoria de las víctimas y, en las palabras de la Escritura, que Dios sane a los quebrantados de corazón y vende sus heridas”, dijo Barack Obama citando Isaías 61.
El Presidente también emitió una proclamación en honor a las víctimas de la tragedia, ordenando banderas de Estados Unidos se ice a media asta hasta el atardecer del 18 de diciembre.
Fuente: Casa Blanca. Foto: Cortesía